Título: ¿Qué pasaría si no lo hiciera?

Descripción: Te comparto una reflexión para que encares el miedo de otra manera, además del artículo y la receta de esta quincena.


En este número comparto contigo una de mis nuevas aventuras, mi último artículo en materia de nutrición y, cómo no, una receta que espero que disfrutes preparando y saboreando.


Ya casi estamos saliendo del invierno y se nota ya la energía de la primavera y el inicio de los nuevos proyectos.

Me gustaría compartiros una reflexión y un pequeño ejercicio que creo que encaja muy bien en estas fechas, de fin de la oscuridad y rebrote de la vida.

La energía del invierno es descendente y hacia el interior y el elemento que domina es el Agua, que en desequilibrio se relaciona con el miedo. El miedo a todo tipo de cosas: a perder algo, a estar solo, a no ser amado... y también el miedo al cambio, a emprender algo nuevo, a que las cosas cambien.

Todos sabemos que la impermanencia es un hecho indiscutible de la vida: todo está en flujo y constante movimiento. Sin embargo, nos empeñamos en que la vida sea estática, en seguir siendo quienes éramos hace años, o que los demás lo sigan siendo. Nos asusta que no sea así, pero a la vez nos aburriríamos mortalmente si lo fuera.

Así que mi propuesta de nutrición emocional para hoy es que te preguntes: ¿qué es eso que te da miedo hacer? ¿Qué es es eso que estás posponiendo porque implicaría muchos cambios? Y si no logras identificar una cosa, pregúntate en cambio: ¿Cómo puedo salir de mi zona de confort y hacer algo diferente?

Hace una semana tuve la oportunidad de participar para Bach Rescue en una grabación para hablar de la nutrición emocional y la alimentación consciente. Dentro de poco podré mostraros el resultado, pero por ahora solo puedo decir que estaba nerviosa, incluso asustada.

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La verdad es que -imagino que como a la mayoría de la gente-, me cuesta un poco salir de la zona de confort. A veces cuando lo hago me duele la cabeza o me da una ligera ansiedad. Pero siempre, siempre, es una experiencia que me hace crecer. La verdad es que me siento plena por muchos motivos, pero uno de ellos es ser valiente y hacer cosas nuevas aunque me den un poco de miedo.

Una manera de soltar el miedo y hacer lo que sé que será bueno para mí es darle la vuelta a la típica pregunta “¿Qué pasaría si...?”. En vez de (o además de) preguntarme todo lo que pasaría si hago eso que me siento llamada a hacer, me pregunto qué pasaría si no lo hiciera, si dejara pasar la oportunidad, si no respondiera a la llamada.

No siempre, pero muchas veces esto me da el coraje suficiente para enfrentarme a lo nuevo, al cambio.

Dicho esto, hoy traigo, como con cada newsletter, un nuevo artículo en mi blog y una receta saludable, sabrosa y diferente.

El artículo de esta quincena responde a una duda que tienen muchas personas que empiezan una transición hacia una dieta más vegetal: ¿qué pasa con el hierro? ¿Obtenemos suficiente de fuentes vegetales? ¿Y si tenemos niveles bajos de hierro o anemia?

También respondo a algunas cuestiones que no solemos hacernos, como qué sucede cuando hay una sobrecarga de hierro en el organismo. Hay algunos expertos que consideran el cáncer como una “enfermedad ferrotóxica”, producida, al menos en parte, por un exceso de hierro.

Así que aquí te dejo el artículo por si te apetece saber más: